domingo, 27 de julio de 2008

Vaciar para Poder Llenar

Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por su buena ventura, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techos. Anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra dónde acomodarse para huir del calor y del sol desértico. Mirando a su alrededor vio una vieja bomba de agua, oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó de la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás y notó a su lado una vieja botella. La tomó, la limpió del polvo y pudo leer un recado que decía:-
"Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella ; después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar".
El hombre desenroscó la tapa, y en realidad, ahí estaba el agua. ¡La botella estaba llena de agua! De repente, se vio en un dilema: ...si bebiese aquella agua, podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que él quisiese, o tal vez no, tal vez la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada! Qué debería hacer?
Con grandes dudas, el hombre derramó toda el agua en la bomba. Enseguida agarró la manivela y comenzó a bombear y la bomba empezó a rechinar sin parar. ¡Nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia, agua fresca, cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante! Luego la llenó de nuevo para el próximo viajante, tomó la pequeña nota y aumentó la frase:-
"Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente".

No hay comentarios: