miércoles, 16 de julio de 2008

¿Hay alguien en tu vida a quien estas realmente intentando ayudar?

¿Hay alguien en tu vida a quien estás realmente intentando ayudar? Sabes exactamente lo que tienen que hacer; hasta pueden estar abiertos a escucharte, y sin embargo, después de incontables horas de explicarles e insistirles, ¿todavía no han cambiado? ¿O al menos no tan rápido como a ti te gustaría?
¿Verdad que es muy frustrante?
Los Kabbalistas dicen que la única forma de ayudar a alguien a cambiar es "dándole espacio para respirar y escuchándole".
No estamos aquí para enseñarle la verdad a la gente. Estamos aquí para encender suficientes bombillas de Luz en sus cabezas para que ellos mismos puedan ver su propia verdad.
Cuando los Kabbalistas dicen: "escúchales", nos están diciendo que nos olvidemos de nosotros mismos y que seamos uno con la gente. Cada uno de nosotros es un mensajero para los demás, y existe una razón por la cual podemos ver la solución al problema de la otra persona. Hemos sido elegidos para estar ahí. Pero no es nuestra solución. Nosotros tan solo somos un instrumento para su entrega.
Las personas necesitan interiorizar las cosas a su propio ritmo. Sólo porque nosotros "lo entendemos" no significa que ellos también lo vayan a hacer. Darle espacio a la gente para respirar.Cada uno tiene su propio proceso, y no depende de nosotros imponer nuestro ritmo en su proceso de cambio.
La mejor manera de transmitir nuestro mensaje es con paciencia, compasión, entendimiento, amor y habilidad para escuchar al otro.
La mayoría de nosotros no practicamos la escucha activa. Habitualmente, cuando alguien está hablando, nosotros ya estamos planificando nuestra respuesta. Muchas veces empezamos nuestras respuestas diciendo: "Sí, pero..."; lo cual niega todo lo que la otra persona nos acaba de decir.
Si no sentimos el lugar donde se encuentra aquella persona y no le pedimos a la Luz que nos ayude a comunicarnos desde nuestro corazón (no nuestra cabeza), sólo la empujaremos cada vez más adentro del hoyo.
Ésta es una gran lección para todos nosotros. Debemos recordar que no podemos hacer que una persona se abra totalmente sólo por decirle la cruda y fría verdad. En vez de eso, debemos sentir lo que esa persona está atravesando y pedirle al Creador que nos ayude a ser un canal puro a través del cual nuestro mensaje pueda fluir.
Cuando nos esforzamos por esto, las palabras no importan. Es el corazón lo que más importa.
Mucha Luz

No hay comentarios: