domingo, 13 de julio de 2008

Piensa en Positivo

"Un pequeño hoyo en el cuerpo es el resultado de un gran hoyo en el alma"
Kotzker Rebe Kabbalista del siglo xviii
El enojo, la depresión, el lamentarse, la venganza -y todas las formas de emoción negativa- son agujeros en el alma que crean agujeros (enfermedades) en el cuerpo.
Tal como los kabbalistas han estado enseñando durante 5.000 años, todo aquello que se manifiesta en nuestro cuerpo físico es una rama, no la raíz. Si queremos tratar y prevenir la enfermedad, debemos trabajar a nivel de la causa que, según afirma la Kabbalah, reside entre nuestras dos orejas.
Lo que ocurre en nuestra mente es lo que ocurre en nuestro cuerpo.La fuente de todo caos en nuestra vida está causada por nuestros pensamientos y comportamientos reactivos. Si tenemos una enfermedad, no podemos pensar que algo está mal en nuestro cuerpo. Tenemos que saber que empezó con nuestros pensamientos y actos negativos.
Si no nos damos cuenta de que nosotros somos la causa, no hay forma de sanar nuestra vida.
Me contaron de una persona que se encuentra librando una batalla contra el cáncer en este momento. El doctor le dice que es una forma de cáncer mortal con la que sólo se ha encontrado dos veces en su carrera. Al ser una persona espiritual, esta persona ha llegado a la conclusión de que llegado a este punto tiene dos opciones: la amargura o la gratitud. Con toda su voluntad, está eligiendo la gratitud. No está dejando que la negatividad invada su mente. Está manteniendo una imagen mental positiva .
Y aunque todavía no está fuera de peligro, su médico está asombrado por lo rápido que se está recuperando.
El Zóhar enseña que cuando luchas contra los fragmentos negativos que corren por tu mente, la Luz viene para ayudarte. Pero tienes que luchar. ¿Y qué significa luchar? Significa que cuando te sientes terriblemente desesperado o perdido, gritas a la Luz: "¡Luz, por favor ayúdame! ¡No quiero sentirme negativo hoy! ¡No quiero estar deprimido hoy! ¡No quiero culpar hoy a los demás!".
Recuerda que estamos en guerra contra nuestras dudas.Si solamente aceptamos los pensamientos que surgen en nuestra mente, estamos condenados a fallar. Debemos contrarrestar continuamente nuestros pensamientos automáticos negativos con pensamientos positivos, así como con nuestras peticiones al Creador.

Dios ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos.

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